Análisis de la obra de Miguel de Cervantes Don Quijote de la mancha




Intención de la obra.
Cervantes afirmó varias veces que su primera intención era mostrar a los lectores de la época los disparates de las novelas de caballerías. En efecto, el Quijote ofrece una parodia de las disparatadas invenciones de tales obras. Pero significa mucho más que una invectiva contra los libros de caballerías. Por la riqueza y complejidad de su contenido y de su estructura y técnica narrativa, la más grande novela de todos los tiempos admite muchos niveles de lectura, e interpretaciones tan diversas como considerarla una obra de humor, una burla del idealismo humano, una destilación de amarga ironía, un canto a la libertad o muchas más.
Entre otras aportaciones más, el Quijote ofrece asimismo un panorama de la sociedad española en su transición de los siglos XVI al XVII, con personajes de todas las clases sociales, representación de las más variadas profesiones y oficios, muestras de costumbres y creencias populares. Sus dos personajes centrales, don Quijote y Sancho, constituyen una síntesis poética del ser humano. Sancho representa el apego a los valores materiales, mientras que don Quijote ejemplifica la entrega a la defensa de un ideal libremente asumido. Pero no son dos figuras contrarias, sino complementarias, que muestran la complejidad de la persona, materialista e idealista a la vez.
Personajes y sentido
Don Quijote, quien vive obsesionado por los libros de caballería, se lanza a la aventura. Esto indica que llevaba una vida aburrida y tenía ganas de variarla. El personaje oscila entre la sensatez y la locura.
Sancho Panza no es la antítesis de Don Quijote. Su conocimiento está dado por la experiencia. No es un cobarde y defiende su dignidad cuando es necesario.
Hay otros personajes, tales como: Maritormes (criada de la venta), Ginesillo (pícaro), gente de la aristocracia cuyas virtudes y defectos Cervantes resalta. Además, hay referencias a hechos históricos y en general sobre la españa barroca que Cervantes observa con ironía y comprensión.
Los contemporáneos entendían al Quijote como una obra cómica y satírica, pero a partir del siglo XIX se empiezan a considerar en ella el idealismo (Quijote) y el materialismo (Sancho) y se hace otras varias reflexiones.
El estilo es variado. El lenguaje es familiar, similar al que solía usarse en los libros de caballería o en los romances antiguos y no faltan ejemplos de lenguaje culto y literario.
Homenaje al hombre universal,, con sus voirtudes y defectos, el Quijote es, además, un apasionado canto a la dignidad y libertad humanas.
Primera parte
A. Prólogo.
1. Narra brevemente el argumento de los quince primeros capítulos.
Cuenta Cervantes en los primeros capítulos como y con quien vivía Alonso Quijano que, del mucho leer novelas de caballería y del poco comer y dormir se quedó loco. Así, torna su nombre al de Don Quijote, otorga a su escuálido caballo el sobrenombre de Rocinante y se inventa una dama enamorada a la que llama Dulcinea del Toboso. Y una mañana, sin que nadie le vea, sale sólo de su aldea y emprende un camino sin rumbo fijo. Al atardecer llega a una venta, que su imaginación le hace tomar por un castillo, y ruega al ventero, a quien cree alcaide del castillo, que lo arme caballero, y éste, con la intervención de dos mozas, así lo hace (en una grotesca parodia de la ceremonia caballeresca). A la mañana siguiente, Don Quijote, intenta, ya en camino, liberar a un muchacho de ser azotado por su amo; más adelante encuentra a unos mercaderes toledanos, a los que exige que proclamen la belleza de Dulcinea y, en la lucha en que se entabla, cae del caballo y es apaleado, quedando tendido en el suelo donde comienza a recitar el romance de Valdovinos; un vecino de su aldea al que Don Quijote toma por marqués, le socorre y lo lleva de regreso a su aldea, donde su ama, su sobrina, el cura y el barbero llevan a cabo el escrutinio y destrucción de la biblioteca que ha originado su locura. Una vez repuesto, Don Quijote decide salir de nuevo en busca de aventuras, pero esta vez acompañado de un escudero que le sirva y le atienda. Convence a un campesino de su aldea llamado Sancho Panza, y ambos parten si que nadie se entere. Mientras que Don Quijote desfigura la realidad idealizándola, Sancho intenta disuadirle de su error, y cuando se impone la verdad, el hidalgo manchego se cree víctima de un portentoso engaño fabricado por sus enemigos. En la segunda salida se suceden aventuras en las que por lo general ambos salen malparados: la de los molinos de viento, la de los frailes benitos, la batalla con el vizcaíno y la historia de los yangüeses.
2. El prólogo. Finalidad de la obra.
Cervantes escribió esta novela mientras permanecía en la cárcel, acusado de quedarse con la recaudación de impuestos. Pero no parece que se valga de este hecho para captar la benevolencia del lector ante sus posibles defectos, pues ni siquiera lo comenta. Así que creemos que simplemente lo empieza a escribir allí porque es donde su talento creador le apareció, o por que tenía tiempo suficiente para dedicarse a ello.
Cervantes se ríe de los autores que publicaban sus libros precedidos de elogios pues para él no hace falta ponerle reclamos a un libro para atraer a la gente, si no que se lo importante es el contenido.
En la finalidad de la obra no podemos pensar solo en una crítica a la novela de caballerías, aunque esté claro que es lo que más espantaba a nuestro escritor. Pero no sólo aparece esta crítica sino un espíritu liberador, humorístico, que nos muestra como era la gente de la época.
B. El protagonista.
3. Capítulo I.
En este capítulo Cervantes cuenta con quien vivía nuestro héroe, que se veía acompañado por una ama que pasaba de los 40, su sobrina, que no llegaba a los 20, y un labrador que rondaba los 50. La afición principal de nuestro personaje era leer libros de caballería; hasta tal punto tenía aprecio a estos libros que, tras el mucho leer y el poco dormir y comer, enloquece creyéndose caballero aventurero, famoso por sus hazañas.
Esta locura la representa Cervantes a través de la forma, en la que aparecen diversos contrastes (... noches leyendo de claro en claro  y los días de turbio en turbio...), y enumeraciones desordenadas (... pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores y disparates imposibles, ...). La locura le llevará a tomarse en serio lo de ser caballero y empieza por: limpiar las armas que habían sido de sus bisabuelos; hacerse una media celada de cartón, la que destrozó al probarla, por lo que se hizo una segunda con barras de hierro por dentro; puso nombre a su caballo (Rocinante), y el mismo tomó el de Don Quijote de la Mancha. También buscó una dama de quien enamorarse, escogiendo a una moza labradora vecina suya a la que le puso el sobrenombre de Dulcinea del Toboso.
C. Primera salida.
4. Capítulo II.
En su salida al mundo de las aventuras Don Quijote descubre que aún no ha sido armado caballero, aunque su forma de hablar imita perfectamente el lenguaje recargado y altisonante de sus héroes. Este lenguaje, sin embargo, destaca por su sentido burlesco e irónico:
“Dichosa edad y siglo dichoso,  aquel adonde saldrán a la luz las famosas hazañas mías, dignas de entallarse en bronce, esculpirse en mármoles y pintarse en tablas para memorar en el futuro.”
" no te olvides de mi  buen Rocinante, compañero eterno mío  en todos mis  caminos y carreras">/p>
Y también por su alto contenido en arcaísmos, como los aquí descritos:
Fuyan    =  huyan
Ca       =  porque
Vos      =  os
Acuitedes  =  aflijáis
Fasta      =  hasta.
Pero donde realmente vemos que está loco es cuando llega a la venta por primera vez. Venta que, en la mente de Don Quijote, será un magnífico castillo. Esta situación hará que nuestro protagonista confunda al ventero por el alcaide del castillo, a las dos mujeres de vida pecaminosa por dos hermosas doncellas, y el sonido de un cuerno por una dulce bienvenida. Estos tres personajes, dándose cuenta de las sandeces del supuesto hidalgo, aprovecharán para reírse de él contribuyendo a hacer del Quijote un caballero en toda regla.
5. Capítulo III.
Como dijimos antes, los personajes de la venta le seguirán el rollo a nuestro hidalgo. El ventero, con manifiesta socarronería y siempre siguiendo las reglas de Don Quijote, llega a nombrarle caballero, y a darle consejos caballerescos. Contraste entre  la alucinación caballeresca de Don Quijote y la realidad del mesón.
En la parte en la que el ventero lo manda al patio a velar las armas al abrevadero, diciéndole que la capilla la estaban arreglando, y Don Quijote acaba siendo apedreado por sus agresiones hasta que el ventero sale en su defensa, nos encontramos con la visión del pueblo español, y aquí es donde empezamos a notar que las intenciones cervantinas no son sólo cómicas o críticas con la caballería, sino que también caen presa de este ataque la sociedad y personalidades de esa época.
6. Capítulo IV.
En este capítulo decide Don Quijote regresar a su aldea en busca de dinero y un escudero, atendiendo a los consejos ofrecidos por el ventero. Su salida de la venta la hará al amanecer, tras una larga noche. Cuando al escuchar un quejido, se acercó hacia él y encontró a un muchacho atado a un árbol  y un hombre dándole azotes. Tras esto Don Quijote trata de arreglarlo diciéndole que no le corresponde el castigo que le está dando  y le dice que lo que tiene que hacer es darle el dinero, que por cierto los cálculos que hace Don Quijote son erróneos, no se sabe si Cervantes pretende hacer parecer que por su locura tampoco anda bien en las cuentas.
El señor queda en darle el dinero al muchacho en su casa con  lo que Don Quijote se va totalmente satisfecho de su primera labor como caballero, diciendo al muchacho  que si esto no llegara a ser así,  que  lo buscase.
Como podemos ver en este relato, las funciones de Don Quijote adquieren cierto sentido o, por lo menos, cierta utilidad e importancia, aunque Cervantes le quita posteriormente valor a este acto haciendo que el oprimido salga peor parado. Lo que sí es cierto es que la autoridad impuesta por el hidalgo infunde un gran respeto sobre el agresor, Juan Haldudo.
Pero esta victoria del Caballero de la Triste Figura se verá enterrada por su siguiente batalla en la que, al encontrarse con unos arrieros, les hará jurar fidelidad a Dulcinea para poder pasar ilesos por aquel lugar lo que desencadenará una disputa en la que el peor parado será Don Quijote.
7. Capítulo V.
En este capítulo aparece la influencia del Entremés de los Romances, historia en la que creemos que se basó Cervantes para crear la figura del Quijote. Los personajes adquieren una forma diferente en este capítulo:
El Vecino: se comportó muy bien con él, pues le ayudó a levantarlo del suelo y lo llevó a  su casa.
La criada:  Está furiosa por el tema de  los libros.
La Sobrina: se cree culpable de lo sucedido a su tío  ... y pedía que quemasen los libros.
El cura:  En principio dice que hay que quemar los libros, pero después va salvando algunos.
El barbero:  solo escucha.
D. Segunda salida.
8. Capítulo VII.
En este capítulo se comienza a narrar la segunda salida de Don Quijote. Una vez repuesto de la paliza, sus intenciones de volver a deshacer desaguisados y ayudar al oprimido se ven reforzadas cuando, en su deseo de leer de nuevo sus libros, se encuentra con que el cuartillo ha desaparecido como por encantamiento, cosa que corroborarán el ama y su sobrina. Esta situación será la que le dé el último empujoncito a nuestro caballero para volver a sus heroicas acciones.
Para esta segunda salida, y haciendo caso de los consejos del ventero, Don Quijote se busca un escudero, que Cervantes describe como un labrador, hombre de bien, pero con muy poca sal en la mollera, es decir, una persona demasiado inocente; cosa de la que se aprovecha Don Quijote para convencerle de que sea su escudero. Sancho no puede resistir a la tentación de verse gobernador de una ínsula. Estas características son perfectas para el juego que Cervantes hará entre la locura del señor y la inocencia del escudero, que igualará a Don Quijote en sus disparates por estar convencido de que estos son verdad.
9. Capítulo VIII.
Es uno de los capítulos más famosos de la novela en el que Don Quijote confunde los molinos de viento con gigantes. Sancho intentará hacer ver a su señor que no son gigantes sino molinos, pero Don Quijote hace caso omiso de las palabras de su escudero y se lanza al ataque. Esta historia será una de las pocas en la que Sancho no se deje influir por la locura de su amo. Así en el capítulo de los frailes, su codicia vencerá a su sentido común, lo que le acarreará que le muelan a palos. En estos primeros sucesos la personalidad de Sancho se irá amoldando a la locura de su amo hasta tal punto que su percepción de las cosas se acabará pareciendo a la de su señor, con el único matiz de que uno está loco y el otro es un pobre inocente que quiere mejorar su vida.
10. Capítulo XV.
Desgraciada aventura con los yangüeses. Hidalgo y escudero salen quebrantados, por lo que podremos ver sus respectivos temples anímicos. Sancho se muestra pesimista por los últimos acontecimientos y cobarde e interesado sólo a lo que él toca, aunque muestra cierta indiferencia hacia lo sucedido, símbolo de que empieza a acostumbrarse a las desdichas. Don Quijote, por el contrario, sigue con su actitud luchadora y ve ete incidente como un simple golpe de mala suerte lo que supone que vendrán tiempos mejores, además achaca este infortunio a que era gente ruin y baja por lo que él no debería de haberse metido. Así, uno desanimado pero casi acostumbrado y el otro convencido de que es sólo mala suerte, continuarán su camino.
11. Resume el argumento de los capítulos XV – XXVI.
Tras la paliza propinada por los yangüeses entrarán en una venta que Don Quijote creía castillo, donde pasarán sucesos inauditos, como la paliza que recibirá el de la Triste Figura por parte del ventero debido a una terrible confusión; o el manteo de Sancho tras intentar irse sin pagar, de lo que deducirá Don Quijote que es un castillo encantado. En su camino hacia Sierra Morena pasarán ambos las aventuras más raras que se puedan explicar, pero también tuvieron oportunidad de hacer grandes hazañas, como la rica ganancia del yelmo de Mambrino, la desafortunada liberación, por parte de Don Quijote, de un grupo de galeotes que iban presos y que no supieron agradecérselo. Una vez en Sierra Morena conocerán la historia de un loco enamorado, Cardenio, con el que Don Quijote tendrá sus más y sus menos, pero del que tomará la idea de encerrarse en esa serranía en plan penitencia de Beltenebros mientras que manda a Sancho con una carta para su amada Dulcinea del Toboso.
12. Capítulos XVI y XVII.
En estos capítulos la alucinación de nuestro hidalgo convertirá a la feísima Maritormes en una bellísima mujer. La intención de Cervantes en describirnos a esta muchacha tan fea es la de hacernos ver a los niveles que llegaba la locura de Don Quijote, el cual creía estar viendo a la doncella de un castillo. De esta muchacha se ríe Cervantes en su descripción ironizándola cuando habla de su chepa o de su escasa estatura. También podríamos ver esta descripción como una metáfora referida a la sociedad española, una sociedad dividida, rota, maltratada, viviendo en un mundo de color renacentista, espiritual, bello.
En este capítulo podemos ver que la ideología amorosa de Don Quijote se basa en el típico amor cortés, irrealizable, lejano, un amor espiritual no físico, un amor idealizado que ha de ganarse por méritos que asombren a la amada. En contraposición al amor, o, más bien, al deseo del arriero basado en el contacto con la amada y en la realización y consumación de ese amor. Más profundamente y arriesgándonos un poco, podríamos decir que Cervantes iguala el amor idealizado a la locura, y la realidad al amor terrenal, físico, realizable, verdadero respecto a su ejecución.
La realidad también podrá a la caballería en la cuestión del manteo de Sancho, ya que éste preferirá darse un buen trago de vino que recuperarse instantáneamente, según nuestro hidalgo, con el Bálsamo.
13. Capítulo XVIII.
Este capítulo muestra cierto paralelismo funcional con el XVII, ya que en ambos Don Quijote deja entrever sus ansias de lucha, empañada por su extrema locura que, juntas, suponen siempre una situación de mucho peligro y poco o ningún beneficio. Junto a esta locura exacerbada por el anhelo de lucha, surge siempre la parte más lúcida de Sancho, en contraposición a la de su amo, que no cae en el fatal error de Don Quijote tornando la realidad a la deseada ficción. De aquí podríamos destacar, entonces, que la locura de Don Quijote se acentúa con la pasión creada por la situación de lucha o amor (los dos principales temas de la novela de caballerías).
14. Capítulo XX.
Sigue en esta nueva aventura la descripción de los caracteres de hidalgo y escudero. Como se suponía, el reducido valor de Sancho estará en contraste con la grandísima gallardía caballeresca de Don Quijote al que le encanta esta nueva situación. Tal es el miedo que muestra Sancho, que al final acaba acompañando a su señor por no quedarse solo. Pero como se verá más adelante, la valentía de don Quijote no habrá valido para nada, ya que el terrible sonido estará producido por unos mazos de batán, lo que producirá la alegría y burla de Sancho y el consecuente enfado de Don Quijote.
15. Capítulo XXII.
Don Quijote libera, en este capítulo, a unos galeotes, que lo apedrean luego. Cervantes utiliza a uno de los galeotes, Ginés, para criticar ligeramente a la narrativa picaresca acusándola de no ser del todo cierta, pero tampoco insiste mucho en esto. Cervantes se nos recuerda entonces ligeramente por eso que dice Ginés sobre que a escrito su vida en la cárcel, como hiciera nuestro escritor con el inicio de esta obra
Los nuevos actos de nuestro hidalgo nos muestran la parte extrema de su acción liberadora y deshacedora de entuertos. En esta aventura contraria incluso a su propio ideal de caballero, liberando a los causantes de tanto mal. Tan bien es verdad que los suelta creyendo que no son justas las acusaciones imputadas a los reos.
E.  Dorotea y Cardenio.
16. Resume el argumento de los capítulos XXVII – XXXVIII.
El cura y el barbero deciden ir a por Don Quijote para sacarlo de la serranía. Allí conocerán la historia de una bella muchacha, Dorotea, que, junto con Cardenio, les ayudará a cumplir su cometido. Haciendo que Dorotea se pasase por la princesa Micomicona, obligarán a nuestro hidalgo que le preste sus servicios, con lo que consiguieron sacar a Don Quijote de Sierra Morena. Se dirigieron entonces hacia la casa del de La Triste Figura haciendo puente en la venta ya conocida por el hidalgo. En esta, el cura leerá a todos la historia del “Curioso Impertinente” y Don Quijote pronunciará un curioso discurso sobre las armas y las letras.
17. Capítulo XXIX.
En este capítulo podemos ver cómo Sancho ya no cuestiona las creencias de Don Quijote, ha ido poco a poco evolucionando hasta una postura paralela a la de su señor, con la única diferencia de que él no está loco sino confundido por sus ansias de riqueza. Entonces podríamos hablar de la quijotización de Sancho a un nivel superficial, remarcada en el texto por Cervantes, que nos dice directamente que la simplicidad de Sancho había hecho que éste se creyera los mismos disparates que su amo.
Dorotea cambia inteligentemente su forma de hablar cuando se hace pasar por la princesa Micomicona. Su lenguaje recargado, con excesivas galanterías y repleto de palabras cultas, guiado con cierta inteligencia y malicia, harán que Don Quijote prometa sin siquiera pararse a pensar.
Pronto surge el interés de Sancho por lo que se trata, pues ya se ve como gobernador de su ínsula que, a pesar de ser tierra de negros, le aportará grandes beneficios aunque sea vendiendo esclavos.
El cabecilla de todo esto, el cura, enloquece, a nuestro parecer, aun más a Don Quijote, dándole una nueva razón por la que luchar y por la que seguir creyendo en la caballería (aunque todavía no ha dejado de creer en ella), además de subirle el ego a nuestro hidalgo, que cree que su fama es inmensa. En resumen, el cura vale para darle fuerza a la novela y evitar que Don Quijote empiece a desmarcarse de la ideología caballeresca.
18. Capítulo XXX.
En este capítulo Sancho intervendrá en favor directo de sus beneficios alegando, en contra de la negativa de su amo, que la belleza de Dulcinea no es comparable con la de tan alta “reina” como lo es, imaginariamente, Dorotea, y que así no alcanzará nunca su esperado condado sino es casándose Don Quijote con esta princesa y después irse con Dulcinea ya que en las tierras de la princesa micomicona debían de haber existido reyes con concubinas. Dicho esto, la furia se apodera de Don Quijote, que tras  apalear con el lanzón a su escudero, le hacer saber que ella es la que le infunde valor y usa su brazo como instrumento para sus hazañas, y él vive y respira en ella.
En este capítulo abundan los insultos: Hideputa, mal nacido, puto, no tiene cabal juicio, villano ruin, bellaco descomulgado, gañán, faquín, belitre, socarrón de lengua viperina, desagradecido, traidor blasfemo.

CAPITULO 30 - DON QUIJOTE DE LA MANCHA - PRIMERA PARTE





Análisis de las obras de Leonardo Da Vinci en el arte y en la ciencia

La última cena (Il cenacolo) es una pintura mural realizada entre los años 1495 y 1498 por el multifacético Leonardo da Vinci (1452-1519). Fue encargada por Ludovico Sforza para el refectorio del Convento de Santa Maria delle Grazie en Milán, Italia. Leonardo no cobró por ella. La escena recrea la última cena de Pascua entre Jesús y sus apóstoles, a partir del relato descrito en el evangelio de Juan, capítulo 13.

la ultima cena leonardo

Dice Ernst Gombrich que en esta obra Leonardo no temió hacer la correcciones de dibujo necesarias para dotarla de total naturalismo y verosimilitud, cosa poco vista en la pintura mural precedente, caracterizada por sacrificar deliberadamente la corrección del dibujo en función de otros elementos. Fue justamente esa la intención de Leonardo al mezclar la pintura al temple y el óleo para esta obra.
En su versión de la última cena, Leonardo quiso mostrar el momento exacto de la reacción de los discípulos cuando Jesús anuncia la traición de uno de los presentes (Jn 13, 21-31). La conmoción se hace notar en la pintura gracias al dinamismo de los personajes que, en lugar de permanecer inertes, reaccionan enérgicamente ante el anuncio.
Leonardo introduce por primera vez en el arte de este tipo un gran dramatismo y tensión entre los personajes, cosa nada habitual. Eso no le impide lograr que la composición goce de gran armonía, serenidad y equilibrio, con lo que preserva los valores estéticos del Renacimiento.

Los personajes de La última cena

En Los cuadernos de Leonardo da Vinci se identifican los personajes, que aparecen agrupados en tríos a excepción de Jesús. De izquierda a derecha son:
  • Primer grupo: Bartolomeo, Santiago el Menor y Andrés.
  • Segundo grupo: Judas Iscariote, Pedro y Juan, llamado "el imberbe".
  • Personaje central: Jesús.
  • Tercer grupo: Tomás, Santiago el Mayor indignado y Felipe.
  • Cuarto grupo: Mateo, Judas Tadeo y Simón.
Detalle de La última cena.


Leonardo da Vinci, de cuya muerte se cumplen ahora 500 años, fue un adelantado a su tiempo: ya conocemos el cliché. Sin embargo, puede decirse que en lo esencial fue en gran medida un hombre de su época. Los grandes artistas e ingenieros del Renacimiento italiano constituyeron el preludio de su versatilidad. En particular, Filippo Brunelleschi, inventor y arquitecto de la enorme cúpula de la catedral de Florencia, formuló la ciencia de la perspectiva lineal para los pintores en los primeros años del siglo XV [véase «El pensamiento matemático de Leonardo da Vinci», por Pedro J. Miana, en este mismo número]. En su trabajo relacionado con las ciencias físicas, Leonardo fue heredero de las teorías medievales de la estática y la dinámica, pues aún faltaba mucho para Isaac Newton. Y sus investigaciones anatómicas combinaron la fisiología medieval con los análisis funcionales y morfológicos de Galeno.
Así pues, tal vez sea mejor decir que lo que demuestran las innovaciones de Leonardo es que consiguió llegar mucho más lejos que sus predecesores o contemporáneos en el contexto científico de su época. La más notoria de tales innovaciones fue el perfeccionamiento o invención de casi todas las técnicas de ilustración conocidas con anterioridad al advenimiento de la radiografía. En sus cuadernos dibujó objetos usando la perspectiva. Mostró formas sólidas modeladas de manera sistemática con luces y sombras. Las seccionó para exponer sus estructuras internas. Empleó transparencias para enseñar las características subyacentes. Representó «vistas explosionadas» de partes del cuerpo y de máquinas para revelar sus formas y articulaciones. Inventó representaciones esquemáticas para poner de manifiesto las funciones de sistemas corporales y mecánicos. Y dibujó experimentos mentales para explorar cómo funcionaban las cosas. Leonardo empleó con frecuencia estas técnicas en sus esfuerzos científicos e ingenieriles.
Entre el amplio abanico de fenómenos que estudió y representó se encuentra el 
comportamiento de los líquidos. Leonardo da Vinci’s Codex Leicester es una nueva edición en cuatro volúmenes del cuaderno científico de 72 páginas escrito después de 1508, donde el historiador de la ciencia Domenico Laurenza y quien escribe estas líneas mostramos cómo funcionaban sus revolucionarias ideas sobre la dinámica de fluidos en el contexto específico de la antigua historia del «cuerpo del mundo».


La ciencia de Leonardo da Vinci


4 ideas con las que Leonardo da Vinci se adelantó a su tiempo - BBC News  Mundo



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